Acabadas las fiestas que dan paso al 2016 el primer mes del año se vive con cierta sensación de ambigüedad entre lo festivo y los nuevos tiempos. Si a eso añadimos, la temida cuesta de enero que siempre anuncia su llegada; empezamos a retorcernos con el embriagador endeudamiento festivo. No terminamos el mes de enero y ya están anunciando los tan esperados carnavales. En fin, reconozcamos, que de una manera u otra el final del primer mes del año se vive con una incierta alegría para los próximos 11 meses. Además, sabiendo que este año es bisiesto podremos disfrutar de un día más en febrero. A pocas horas de dar la bienvenida a febrero, seguimos con la misma o más incertidumbre con los anunciadores de buena esperanza y de cambios junto a ” yo no pactaría con aquel o aquella”. Incluso, con las inamovibles líneas de colores que abren o ponen sillas a rodar o mesas a compartir. A estas alturas está claro que ni los Reyes Magos son tan magos – pues necesi...
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