Desde hace ya un tiempo vengo observando en distintas zonas de El Tablero una serie de placas de cerámica con dibujos y textos alusivos a oficios o emblemas del lugar. Mi sorpresa fue ver una de esas placas en uno de los nuevos edificios de El Tablero. Justo en frente del emblemático Bar Paco.
Sin duda, mi primer pensamiento fue que sería obra de alguna institución pública implicada con la "intrahistoria" de esta zona del sur. Sin embargo, diversas fuentes me dicen que es un vecino de El Tablero que desde años viene trabajando sobre una idea "Relanzar y reconocer los orígenes de El Tablero y sus gentes."
Reconozco que la idea me parece excelente. Básicamente, por cuatro motivos. No los únicos.
Primero, por dar a conocer la relevancia que en sus orígenes tuvo El Tablero para su gente. Aquellos y aquellas que vivían en la zona, los que vinieron y se asentaron por motivos de la actividad económica ligada a la agricultura, el tomate y posteriormente, turismo. Fiel reflejo es la celebración de la Fiesta de la Zafra donde hombres y mujeres dan a conocer aquellos modos de trabajo y de relaciones a las nuevas generaciones.
Segundo, porque dota a El Tablero de una identidad palpable en la historia de su gente. No sólo en el boca a boca de las familias, sino para aquellos que de otra forma, pero con los mismos motivos laborales, han llegado a esta zona y la conocen más allá del espacio dormitorio. Abriendo así la posibilidad de darle un sentido constructivo a su participación en el lugar haciéndola crecer.
Tercero, porque se abren nuevas posibilidades para dar a conocer a las nuevas generaciones el espacio donde corren, viven, se crían y, posiblemente, formen su familia. Una manera de reconocer que la identidad se construye con el esfuerzo y el trabajo de todos.
Cuarto, por la iniciativa que una persona ha tenido demostrando que las cosas, poco a poco, se pueden hacer sabiendo beber de las fuentes de la historia viva y de aquella que se ha ido pero está en la retina y memoria de todos.
Ahora, pienso, es el momento del pueblo dar ese apoyo a tal iniciativa. Es más, este es el momento donde los centros educativos, culturales y administración local incluya en sus visitas y actividades formativas el conocimiento del entorno.
Este es el momento, entre otros, de sumar en la construcción de la identidad cultural de un lugar como El Tablero. El futuro es imparable. Eso no se puede negar. Pero si podemos construir cómo vamos llegando a ese futuro. Los orígenes forman parte del futuro en construcción.
Desde aquí, sumo a favor de esta iniciativa y el reconocimiento a una persona, que desde su anonimato, pero con su clara vocación y valoración del entorno y su gente, centra su labor rescatando esa "intrahistoria" que pasa sin hacer ruido, pero que es la vida de la propia historia de El Tablero.
¿Sabes quién es esa persona?
Sin duda, mi primer pensamiento fue que sería obra de alguna institución pública implicada con la "intrahistoria" de esta zona del sur. Sin embargo, diversas fuentes me dicen que es un vecino de El Tablero que desde años viene trabajando sobre una idea "Relanzar y reconocer los orígenes de El Tablero y sus gentes."
Reconozco que la idea me parece excelente. Básicamente, por cuatro motivos. No los únicos.
Primero, por dar a conocer la relevancia que en sus orígenes tuvo El Tablero para su gente. Aquellos y aquellas que vivían en la zona, los que vinieron y se asentaron por motivos de la actividad económica ligada a la agricultura, el tomate y posteriormente, turismo. Fiel reflejo es la celebración de la Fiesta de la Zafra donde hombres y mujeres dan a conocer aquellos modos de trabajo y de relaciones a las nuevas generaciones.
Segundo, porque dota a El Tablero de una identidad palpable en la historia de su gente. No sólo en el boca a boca de las familias, sino para aquellos que de otra forma, pero con los mismos motivos laborales, han llegado a esta zona y la conocen más allá del espacio dormitorio. Abriendo así la posibilidad de darle un sentido constructivo a su participación en el lugar haciéndola crecer.
Tercero, porque se abren nuevas posibilidades para dar a conocer a las nuevas generaciones el espacio donde corren, viven, se crían y, posiblemente, formen su familia. Una manera de reconocer que la identidad se construye con el esfuerzo y el trabajo de todos.
Cuarto, por la iniciativa que una persona ha tenido demostrando que las cosas, poco a poco, se pueden hacer sabiendo beber de las fuentes de la historia viva y de aquella que se ha ido pero está en la retina y memoria de todos.
Ahora, pienso, es el momento del pueblo dar ese apoyo a tal iniciativa. Es más, este es el momento donde los centros educativos, culturales y administración local incluya en sus visitas y actividades formativas el conocimiento del entorno.
Este es el momento, entre otros, de sumar en la construcción de la identidad cultural de un lugar como El Tablero. El futuro es imparable. Eso no se puede negar. Pero si podemos construir cómo vamos llegando a ese futuro. Los orígenes forman parte del futuro en construcción.
Desde aquí, sumo a favor de esta iniciativa y el reconocimiento a una persona, que desde su anonimato, pero con su clara vocación y valoración del entorno y su gente, centra su labor rescatando esa "intrahistoria" que pasa sin hacer ruido, pero que es la vida de la propia historia de El Tablero.
¿Sabes quién es esa persona?