Pese a la cantidad de eslóganes y fotos de facebook haciendo más política de imagen que de acciones; la evidencia es que el descontento en el municipio es mayúsculo. A la vista de la situación y cúmulo de incidencias en San Bartolomé de Tirajana en los últimos meses; parece que la nueva corporación municipal, tras renovación de áreas, no tiene pinta de dar respuesta a las necesidades de los vecinos y vecinas, ni al sector empresarial ni hacía los propios trabajadores y trabajadoras de la entidad. Algo así debe estar pensando algunos miembros del gobierno municipal pues; desde la firmeza de sus inicios con un programa pactado en el que surgió al ya extinto "cuatripartito", las cosas no se han dibujado como decían.
A fecha de hoy no deben sentir que su labor de empeño y dedicación tenga los frutos esperados, en un sentido más práctico de la voluntad política, hacia sus vecinos y vecinas. Hasta alguno de ellos y de ellas, podrían estar pensando que este barco va sin rumbo aunque tengamos que guardar las apariencias frente a la decepción vecinal y empresarial.
A poco que quieran hacer balance, pensaran, que no hay política ni ideas, de las propuestas iniciales, que hayan podido sacar adelante. Incluso, se pueden estar planteando que la concentración de poderes en algunos de los partidos es una jugada de ajustes y de artimañas para ir desequilibrando a los otros de cara a las próximas elecciones. Así se ha ido gestando hasta desestabilizar el pacto inicial. Incluso, algunos y algunas pueden estar pensando que muchas de esas decisiones se operaban desde otros lugares a los que ni ellos acceden.
Algo así debe estar pensando la concejal inexistente conocida como Paqui "La Canaria" tras el nuevo pacto. No solo ella, alguno y alguna a boca chica puede que estén lamentando ser participes de la nula gestión y piezas de puzles para levantar la mano. Puesto que después de 2 años, la perfecta excusa que todo se debía a la terrible gestión del AV en su alianza con el PP como el enemigo a batir; se quedó precisamente en aguas turbias; al descubrirse que desde la propia gestión del cuatripartito se venían haciendo la guerra interna tapándose los unos a los otros viviendo de las rentas de un pasado pomposo alumbrado navideño que ya auguraba el despilfarro y la falta de previsión de las necesidades más básicas para los años siguientes en el municipio.
No debe ser fácil para algunos y algunas de los concejales del grupo de gobierno, siendo personas de buena fe y con el ánimo de aportar su granito de arena en mejorar la vecindad del municipio, encontrarse en la encrucijada de la política de despachos fuera del municipio. Ser cómplices de las artimaña para llegar a esta desestabilización de partidos y pactos manteniéndose en el silencio más absoluto. Seguramente, algunos puede que estén arrepentidos de hacer ese juego y piensen en abandonar.
Puede que alguno y alguna esté pensando que ya no quiere seguir así y que quiere recuperar aquello de "cada cosa a su tiempo y cada tiempo para sus cosas".