Llegados a estas fechas de septiembre, ya habremos pasado el puente de las Fiestas del Pino. Esto supone que hemos visto, o se nos ha hecho llegar, el papel activo y protagonista que han asumido todos los municipios de la isla de Gran Canaria por participar en la tradicional Romería en honor a las Fiestas de la Virgen del Pino, patrona de Gran Canaria; y para muchos de Canarias. En fin, esto último es otro debate que dejo para los eruditos en esa materia de las dos provincias.
Lo cierto, que nos ha llegado, son las tradicionales declaraciones de los representantes públicos desde gobierno de Canarias, en voz de su presidente; del cabildo, en voz de su presidente; y en la de alcaldes-presidentes de cada municipio y demás semblantes representativos que dan voz a ese sentir popular y social por estas festivas fechas. En definitiva, un momento de aparición pública más cerca de lo popular que de dar otras cuentas más incómodas a los medios.
Una vez, pasadas la fechas más propias de la romería, todos sabemos que se van acercando las tradicionales Mareas del Pino, que como cada año dan su salto de sorpresa y de alerta por su bravura y empuje marino reclamando su espacio y el territorio que se le va usurpando. Aquí se tienen que ver las tablas de los capitanes y marineros para llevar a buen puerto el barco. No se es buen marinero, ni romero en aguas mansas ni con vacas flojas.
Las familias se enfrentan a un inicio de curso escolar con una alta subida en los precios del material escolar y la compra de libros en su etapa obligatorio y, que decir, de la post obligatoria. De la misma forma, se abordan los pagos de alquileres desorbitados junto a los altos precios de la cesta de la compra, agua, luz..... Sin duda, una lucha de titanes constante a la que se enfrentan las familias por su bienestar y supervivencia.
Por eso, no es de extrañar, que esas familias, en su día a día también quieran, tras las fiestas del Pino, ver soluciones en su entorno. Esas familias quieren pasear por calles limpias donde no se acumulen cartoneras a su paso. Quieren ver los jardines cuidados y que no se caigan en el abandono hasta no sé sabe bien cuándo. Quieren ver que las ayudas sociales se anticipen a los hechos ya previstos de forma cíclica. Quieren ver que las canchas deportivas de sus barrios están en óptimas condiciones de seguridad y de apertura para sus hijos e hijas.
En definitiva, esta "Marea del Pino Social" reclama ahora a sus presidentes y voces cómplices, empujen en el camino de resolver la actividad propia de la administraciones , se encomienden a dar soluciones a los temas pendientes que no terminan de cerrarse o enderezarse. Ahora, se tiene que nadar contracorriente con tanto tema pendiente. ¿Estarán nuestros representantes políticos viendo llegar la Marea del Pino Social?