Disculpen que lo diga así, pero no he podido evitarlo. Las noticias de esta semana abren las venas del dolor. Permitan que lo diga así. Estoy de luto. De un luto emocional fruto de la barbaridad más cruel que puede verse en esta nuestra sociedad. Sí, la de allá y la de aquí.
Ayer, el asesinato de un menor de ocho años en Alicante, también el asesinato en Gran Canaria de una persona en plena calle en uno de nuestros barrios; en días pasados el constante goteo de muertes incomprensibles fruto de la burda idea de posesión machista, y así un interminable acumulativo de devastadores situaciones que impregnan de dolor a nuestra sociedad.
Estoy de luto, no solo por las víctimas, sino por las personas que han cometido estos actos de barbaridad. De luto porque nuestra sociedad, aquí y allí, no está siendo ejemplo de convivencia ni de vida si, el único camino que las personas tienen como alternativa de realidad es cometer este tipo de actos de crueldad. No solo para las víctimas sino para ellos mismos marcando su vida, su estirpe y todo lo que les rodeara de ahora en adelante.
Estoy de luto, si debo pensar que ese modo de vida de crueldad es ejemplo de sociedad para otros. Estoy de luto porque los referentes que se reflejan en la sociedad que compartimos tiene como moneda de cambio la desacreditación del valor de la vida del prójimo en sociedad. Estoy de luto ante la evidencia de una sociedad que no es capaz de ofrecer alternativas de vida a esas personas que caen en la parte más oscura arrastrados por los falsos referentes.
Estoy de luto por la incomprensión que supone justificar cualquier acción cruel bajo la etiqueta del ajuste de cuentas. Estoy de luto porque bajo esa etiqueta se esconde un mundo que siembra de terror y relaciones de opresión de las personas con las que compartimos vida y sociedad.
Estoy de luto pero también sé que, somos más lo que queremos y deseamos generar un cambio en la sociedad que brinde oportunidades para todos y todas. Somos más lo que estamos en lucha contra la crueldad y el oscurantismo de la opresión. Y aunque no lo crean, las sociedad tiene sus herramientas de acción para atajar estas situaciones de cambio y ofrecer esperanza y soluciones.
Hoy seguiré de luto, un luto que acompañará cada día y que alimentará mi esfuerzo por sumar a favor de una mejor sociedad para todos y todas.
Hoy seguiré de luto, un luto que acompañará cada día y que alimentará mi esfuerzo por sumar a favor de una mejor sociedad para todos y todas.