
Permitan que empiece por destacar estos datos sobre un entorno como es el sur de Gran Canaria, Maspalomas Costa Canaria. A modo de resumen, como bien hace la Historia, en los comienzos del año 1961 se convoca el primer Concurso Internacional de Ideas para el desarrollo turístico del sur de la isla de Gran Canaria. Seguidamente, entre 1963-1964, se pone en marcha la Promoción de las urbanizaciones de San Agustín y Maspalomas en San Bartolomé de Tirajana. Allá por 1966, dan comienzo las obras de la urbanización turística de Playa del Inglés.
Básicamente, los primeros hoteles del sur de Gran Canaria fueron el Folias en San Agustín; construido durante el año 1963. Por otro lado, el Oasis en Playa Maspalomas construido en 1964. Igualmente, por la misma época, encontramos bungalows como Los Caracoles que dieron atención a los primeros turistas del momento.
En resumidas cuentas, llevamos unos 52 años de historia, trabajo, dedicación, especialización, inversión, promoción,... dedicados a la actividad turística.

No todos los comienzos fueron fáciles. Pero, si podemos decir que con el paso de las décadas la población se fue especializando en el sector. Además, conviviendo con las contradicciones de un sistema de trabajo y relaciones laborales todavía discutido. (Tema que trataremos en una próxima entrada del blog.)
Recientemente me ha llegado un enlace en el que se me pedía, como a tantos, votar por las mejores playas y entre ellas estaban las de Gran Canaria. Concretamente para Playa de Inglés, Maspalomas o Meloneras. Reconozco que mi primera intención fue votar pues esas maravillas como las de Águila Playa, San Agustín y El Pajar, forman parte tanto de mi infancia, como de mi más adulta edad. Sin embargo, no voté.
Los motivos, como todo, son de carácter personal. Pero las líneas generales vienen motivadas por un claro desacuerdo en la gestión que sobre las mismas se está haciendo. El tema es largo. Pero mi queja radica en el "desorden" de las hamacas y sombrillas. No es el único.
Puedo entender que el mobiliario se deteriore por el uso. Sin embargo, me genera cierta disconformidad el trato que de las hamacas-sombrillas se hace. El descuido al que se deja un material comprado para prestar servicios públicos.
Me genera cierta incomodidad que, incluso los propios trabajadores de las hamacas, no pongan el empeño necesario en cuidar la imagen que al exterior proyectamos de un servicio de tanta importancia internacional. No solo ellos son responsables finales y directos.
Antiguamente, de esto no hace mucho tiempo; cada sector de la playa tenía su servicio de hamacas en perfecto estado. Se hacía el servicio y se atendía a los clientes, en su gran mayoría turistas. Una vez finalizado el servicio de hamacas-sombrillas, los trabajadores recogían su sector y lo dejaban ordenado y resguardado para el siguiente día. Indudablemente, se rompía material. Pero se reponía o se arreglaba. Incluso, se regeneraban nuevos modelos en sustitución de otros.
En fin, digamos que había una gestión y un compromiso por dar una imagen de excelencia de un servicio que va directamente ligado a la imagen de Maspalomas Costa Canaria.
A fecha de hoy, una vez se termina el servicio de hamacas-sombrillas que se presta a los turistas y visitantes; las hamacas-sombrillas quedan al vaivén de la tarde. Al uso o no uso, del orden o desorden, de las pintadas o no pintadas, de si se salta o no se saltan encima de ellas, de si cojo tres hamacas y tres sombrillas a la vez, si unas acaban cerca de la orilla o no. Y así un largo etcétera de situaciones.
En definitiva, mi queja radica en que se deja un material de uso profesional y público al desamparo y la ambigüedad del devenir del cualquier persona, responsable o no. Se ha caído en un modelo de lo púbico que dirige hacia el abandono. Curiosamente, eso no ocurre con otros materiales públicos como son las instalaciones deportivas y sus materiales, piscinas, escuelas municipales de música o casas de la cultura. Ningún ciudadano entra y coge el material para llevarlo y dejarlo a su antojo en cualquier lugar y menos sin dar cuenta del mismo. Entiendo que así debe ser como garantía de un servicio público de calidad.
A esta situación del vaivén de sombrillas-hamacas después del servicio, creo que hay que ponerle remedio. Un remedio que debe venir desde la institución municipal. Incluso, apuesto por esa implicación de los trabajadores como referentes de atención a nuestro potencial cliente o visitante. Ellos son los profesionales del sector y el mejor aval de la calidad.
En esta labor debemos implicarnos como ciudadanos/as, instituciones municipales y trabajadores/as pues daña a nuestra marca turística Maspalomas Costa Canaria.
¿Seremos capaces de mejorar?
¿Existe otro modelo?
Básicamente, los primeros hoteles del sur de Gran Canaria fueron el Folias en San Agustín; construido durante el año 1963. Por otro lado, el Oasis en Playa Maspalomas construido en 1964. Igualmente, por la misma época, encontramos bungalows como Los Caracoles que dieron atención a los primeros turistas del momento.
En resumidas cuentas, llevamos unos 52 años de historia, trabajo, dedicación, especialización, inversión, promoción,... dedicados a la actividad turística.

No todos los comienzos fueron fáciles. Pero, si podemos decir que con el paso de las décadas la población se fue especializando en el sector. Además, conviviendo con las contradicciones de un sistema de trabajo y relaciones laborales todavía discutido. (Tema que trataremos en una próxima entrada del blog.)
Recientemente me ha llegado un enlace en el que se me pedía, como a tantos, votar por las mejores playas y entre ellas estaban las de Gran Canaria. Concretamente para Playa de Inglés, Maspalomas o Meloneras. Reconozco que mi primera intención fue votar pues esas maravillas como las de Águila Playa, San Agustín y El Pajar, forman parte tanto de mi infancia, como de mi más adulta edad. Sin embargo, no voté.
Puedo entender que el mobiliario se deteriore por el uso. Sin embargo, me genera cierta disconformidad el trato que de las hamacas-sombrillas se hace. El descuido al que se deja un material comprado para prestar servicios públicos.
Me genera cierta incomodidad que, incluso los propios trabajadores de las hamacas, no pongan el empeño necesario en cuidar la imagen que al exterior proyectamos de un servicio de tanta importancia internacional. No solo ellos son responsables finales y directos.

En fin, digamos que había una gestión y un compromiso por dar una imagen de excelencia de un servicio que va directamente ligado a la imagen de Maspalomas Costa Canaria.
A fecha de hoy, una vez se termina el servicio de hamacas-sombrillas que se presta a los turistas y visitantes; las hamacas-sombrillas quedan al vaivén de la tarde. Al uso o no uso, del orden o desorden, de las pintadas o no pintadas, de si se salta o no se saltan encima de ellas, de si cojo tres hamacas y tres sombrillas a la vez, si unas acaban cerca de la orilla o no. Y así un largo etcétera de situaciones.
En definitiva, mi queja radica en que se deja un material de uso profesional y público al desamparo y la ambigüedad del devenir del cualquier persona, responsable o no. Se ha caído en un modelo de lo púbico que dirige hacia el abandono. Curiosamente, eso no ocurre con otros materiales públicos como son las instalaciones deportivas y sus materiales, piscinas, escuelas municipales de música o casas de la cultura. Ningún ciudadano entra y coge el material para llevarlo y dejarlo a su antojo en cualquier lugar y menos sin dar cuenta del mismo. Entiendo que así debe ser como garantía de un servicio público de calidad.
A esta situación del vaivén de sombrillas-hamacas después del servicio, creo que hay que ponerle remedio. Un remedio que debe venir desde la institución municipal. Incluso, apuesto por esa implicación de los trabajadores como referentes de atención a nuestro potencial cliente o visitante. Ellos son los profesionales del sector y el mejor aval de la calidad.

¿Seremos capaces de mejorar?
¿Existe otro modelo?