Próximamente se abrirá un nuevo periodo de trabajo en la gestión de las administraciones públicas tanto desde el ámbito local, insular y autonómico con sus respectivas fechas. A todas lo prudente es abrirles ese periodo de garantía de 100 días sobre su actividad.
Digamos que durante esos primeros cien días se observará y se vislumbrará el papel de los representantes en dichas instituciones. Ese es el tiempo donde, el engranaje de la administración, va tomando forma y empezarán a notarse tanto las acciones de gobierno como las de oposición.
Cierto, que ahora los puentes de negociación sobre las diferentes líneas rojas van cada vez acercándose a la realidad desde lo local a lo regional. Pronto se abordará a nivel nacional.
Las administraciones son espacios donde convergen los intereses y necesidades de la sociedad en su conjunto. En éstas, los diferentes grupos, sin mayorías, están necesitados de acuerdos que faciliten la vida a los ciudadanos y ciudadanos. Los grupos que tienen mayorías y han logrado revalidarlas han recibido la confianza para tal fin.
No obstante, es fundamental atender a la nueva realidad de la participación. Una participación que puede venir desde distintos espacios. Por un lado, encontramos los ciudadanos/as que en su modo de entender la política quieren conocer, implicarse, dar su opinión y manifestarse abiertamente sobre los asuntos que afectan a su realidad. Por otro lado, están aquellos que lo quieren hacer desde otros espacios. Unos y otros, son la garantía de un sistema democrático.
Para todos y todas la exigencia de la responsabilidad pasa por la garantía de su credibilidad como representantes pues afrontaran, de primera mano, las nuevas prioridades a las que se enfrentan en este nuevo tiempo.
Las personas que encabezan los diversos grupos electos están llamados a ser los que lideren los caminos de las diversas administraciones. Por eso, cuando se hace entrega de la confianza no es una venda en los ojos. Los ciudadano/as desde los distintos espacios son los que fiscalizan las medidas tomadas en las diversas administraciones. Por tanto, aquí no valdrá quien quiera "vender la moto".