"Hoja de ruta para San Bartolomé de Tirajana"
Maspalomas a, 7 de abril de 2015
En estos momentos, las
maquinarias de todos los partidos que concurren, mejor dicho, participan en el
proceso democrático, de las elecciones están en marcha. Unos y otros, generan diversas
interpretaciones sobre lo más o menos activos en el proceso democrático. Pero
lo cierto, es que en el amparo del proceso el abanico de opciones ofrece la
oportunidad de sumarse y abanderar el marco social e ideológico-político que quieran ver como
causa propia.
La suerte de sumarse a este
proceso pasa por entender el funcionamiento de nuestra sociedad y por darles
valor a aquellas personas que antes que nosotros generaron un modelo de
convivencia y representación que unifica y facilita la participación en el
engranaje de las instituciones públicas. Votar es un derecho con el que vivimos. Además
de un deber que nos da la condición de ciudadanos/as.
Las instituciones públicas son
ese espacio de convivencia donde todas las fuerzas políticas convergen desde su
marco social e ideológico para defender o, si me lo permiten, poner sobre la
mesa de las negociaciones diferentes visiones de la sociedad. Todos los partidos parten de su
visión y construcción política y social. Ese es el auténtico punto de encuentro
de las diversas opciones democráticas en este sistema. No el único, pero si el
que mayores equilibrios de cercanía y maniobrabilidad con las instituciones nos
ofrece.
A todo esto, en su estructura de
funcionamiento, hay que sumar a las personas. Si, a todas ellas, pues los
partidos en su base fundamental lo forman personas. Cada opción política ofrece
su modelo de gestión y visión de sociedad. Lo normal, es que ante la diversidad
de opciones las personas en nuestra forma de entender la sociedad optemos por
la opción más acorde o que más se acerque a un modelo de convivencia.
No es fácil, gestionar las
necesidades de todos. No es fácil equilibrar los intereses de unos frentes a
los intereses de otros. No es fácil, contentar a todos. Pero principalmente, no
es fácil hacer llegar el punto de equilibrio que una sociedad en su conjunto
suma en sus exigencias. Lo cierto, entiendo, es que debe vertebrarse una hoja
de ruta que cada partido defienda en su
programa. Precisamente, en esa hoja de ruta es donde todos los ciudadanos tenemos nuestro “ser” y
nuestro “hacer”. Defender o abanderar causa común
en nuestra sociedad es exigir a los partidos, y por tanto, a las personas que
los conforman, puntos concretos que den sentido a nuestro marco de convivencia
en lo social, cultural, económico y político.
En San Bartolomé de Tirajana desde
el 2012 hay un partido AV, que ha dado, equilibrio a la zona aprovechando el
pacto PPAV. Ese partido, ha sabido conducir la hoja de ruta de la institución
municipal estableciendo prioridades sobre las que actuar. No ha sido fácil, pues los tiempos de crisis
han exigido llevar medidas de control austeras pero aun así; se ha podido consolidar un empuje necesario
para San Bartolomé de Tirajana. Este hecho, haciendo balance de
los cuatro años, nos muestra que el papel de Marco Aurelio Pérez Sánchez como
alcalde es garantía de futuro en San Bartolomé de Tirajana. ¿Existen otras alternativas con las mismas garantías?